PROYECTO DE VIDA
Enrique Ciro Findlay O. Para Opinión educativa aulas y
Maestros
Apreciados jóvenes y señoritas,
un cordial saludo hoy que iniciamos el nuevo año escolar,. Siento una inmensa
alegría volverlos a ver, tenerlos aquí en la Institución Educativa tomas Arturo
Sánchez. Sin Ustedes yo no soy profesor. Los quiero mucho.
Antes de hablar de lo que aprenderemos en el
área que oriento. Quiero que cada uno de ustedes responda a la siguiente
pregunta, la hago con mucho respeto y seriedad y espero que la respondan de
igual manera ahora que comienzan el 9 grado ¿Como me veo después de 10 años? No se
preocupen no les voy a preguntar ahora la respuesta, dialogaremos sobre ella en
los espacios de la formación ética, que
también orientaré.
A pesar de ello, un profundo
silencio llenó el salón, mas sin embargo las caras expresaban inquietud,
sorpresa, ansiedad, preocupación.
En Todo caso queridos
estudiantes, ustedes dentro de diez o más años serán abogados, ingenieros,
sacerdotes, músicos, profesores, vigilantes, alcaldes, periodistas, comerciantes,
policías, militares, poetas. Conozco a muchos que ahora lo son y estuvieron
frente a mí, como ahora ustedes, fueron mis estudiantes. Ustedes remplazaran a
las generaciones de ahora y si lo hacen de acuerdo a los comportamientos
socialmente aceptados, de acuerdo a las normas de sana convivencia y de
respecto y práctica de los valores humanos, Serán los hombres que necesitamos
para que la sociedad sea mejor. Entonces para lograrlo seamos responsables con
nuestros deberes desde ahora. Y quiero que comprendan que gracias a sus padres
están aquí y su meta debe ser superarlos en el conocimiento y en lo laboral o
por lo menos igualarlos. Así comencé a trabajar con mis estudiantes. Esa es nuestra labor.
Mientras tanto otros niños y
jóvenes, están ahora fuera del sistema educativo, no se alcanza la cubertura
deseada, ¿donde están los que no han llegado a la escuela? Una respuesta sería
que están huyendo, son víctimas del conflicto interno que vive nuestro país. El
desplazamiento, las minas antipersonales, la falta de trabajo, el narcotráfico
y otros conflictos, se siente en las escuelas, Todos los niños no están y eso
se palpa en nuestro departamento.
Las situaciones anteriores, nos
llevan a reflexionar sobre lo que podríamos llamar educación y paz.
Es un hecho, que los diálogos en la Habana,
constituyen la resultante de un largo proceso de violencia , una guerra de más
de 60 años, si se alcanza el objetivo de terminación del conflicto, serán más
los beneficios para la sociedad, que para aquellos que hoy insisten en la
guerra.
Como muchos maestros colombianos,
desde mis aulas de clases, aspiro a la terminación del conflicto, como una
condición necesaria para que mis estudiantes puedan alcanzar su proyecto de
vida.
La propiedad de la tierra ha
sido, la razón primaria de la violencia, si se pacta un acuerdo sobre EL DESARROLLO AGRARIO, se
puede aspirar alcanzar la terminación del conflicto, lo contario sería,
finalizar el diálogo y continuar con el conflicto.
Como muy bien se advierte “La
concentración de la tierra tiene una explicación histórica: Después de la
independencia se asignaron extensiones como reconocimiento a quienes
participaron en las guerra.
No obstante, al finalizar el
siglo XIX había grandes baldíos sin asignarse. A partir de los años veinte del
siglo pasado arreciaron los conflictos por las tierras con expulsión de colonos
y disputas violentas. Luego en 1936, el presidente Alfonso López Pumarejo le
puso fin a la gran hacienda y se sentaron las bases de de un “régimen de tierras” que se concentró
en los baldíos de la Nación y que no llegó a ser una reforma agraria. Después
de 25 años y con una guerra civil de por medio, Carlo Lleras le apostó a
redistribuir la tierra en los años sesenta. Pero apenas se logró la titulación
de baldíos y ampliar la frontera agrícola con el auge colonizador en zonas
donde no había Estado y que se convirtieron en escenario de la guerra
insurgente contemporánea. De 1961 a 2010 se titularon 23 millones de hectáreas,
de las cuales el 92% fueron baldíos entregados a campesinos o a grupos étnicos.
Sin embargo en los últimos 20 años 6,6 millones de hectáreas les fueron
despojadas a los campesinos y por lo menos tres millones al Estado. Ningún
gobierno ha logrado democratizar la propiedad de la tierra porque el poder
político está íntimamente ligado a las rentas que esta genera.” “El estado no
tiene información confiable para diseñar políticas. El último censo rural se
hizo en 1970 y el próximo se ha programado para 2014, año a partir del cual se
podría saber más claramente en qué está el país rural. Ni siquiera el propio
Estado sabe cuántos baldíos tiene ni done están ubicados. La superintendencia
de notariado y registro está intentando llegar a una cifra aproximada de las
tierras que han sido robadas al Estado caso por caso. Hasta ahora se ah podido
establecer que en Urabá por lo menos 4.600 hectáreas de baldíos fueron robadas
con el método de “correr la cerca” y solo en san Martín, Meta, la cifra llega a
180.000 en una primera revisión.” Semana 1559
Como apreciamos, la base del conflicto es la
ausencia de una reforma agraria y la acumulación violenta de la tierra.
Los diálogos en la Habana,
constituyen una esperanza si se logra la terminación del conflicto, muchos
niños volverán a las escuelas, se desminarán los caminos y mis estudiantes de
este año, después de 10 serán unos
ciudadanos vinculados al servicio de una Colombia más justa.
Ipiales, febrero 16 de 2013